Día Mundial de los Docentes / 5 de Octubre


Si no es usted profesor, deténgase unos instantes a pensar por qué no eligió esa profesión. ¿Qué haría falta en su propio país para que alguien como usted sintiera deseos de asumir tal compromiso y pudiera prepararse para ello? ¿Para que estuviera en condiciones de responder de forma idónea a las necesidades educativas de los niños, y en especial de los que son objeto de discriminación, como las niñas? Si, por el contrario, usted ya pertenece al cuerpo docente, tenga por seguro que las Naciones Unidas y todos sus asociados respaldan y defienden sus derechos y son conscientes de la pesada carga que suponen sus responsabilidades.


Las frustraciones soterradas que desencadenan tantas situaciones de tensión y conflicto en el mundo ponen de relieve la necesidad de construir una sociedad más culta y tolerante. El docente es la piedra angular de todo proceso que aspire a elevar el nivel educativo, promover y enseñar la convivencia y erradicar las discriminaciones, no en vano trabaja con niños y jóvenes que desde hoy, y aun más en el día de mañana, cuando sean adultos, habrán de contribuir a la construcción de sociedades más tolerantes. Sin embargo, precisamente cuando más necesario es contar con un gran número de docentes para dispensar esa educación, en muchos países se observa una alarmante escasez de profesionales. En calidad de dirigentes de los organismos de las Naciones Unidas, que más directamente se ocupan de los problemas de la docencia, alentamos a los gobiernos y a la sociedad en su conjunto a reflexionar con detenimiento sobre esta contradicción y tomar las medidas oportunas. En modo alguno cabe subestimar ni dar por descontado el decisivo papel que desempeñan los docentes en cualquier lugar del mundo.